ESTO ES SIMPLE…

 

Aquí no vamos a hablar de lo que yo quiero, porque Dale Carnegie*

me enseñó que tenemos que hablar de LO QUE QUIERES TÚ, que me estás leyendo ahora.

No de lo que yo quiero, sino de lo que tú quieres.

Así nos vamos a entender mejor.

Para eso, vamos a simular una conversación, en la que yo te hago una pregunta

y te voy dando opciones de respuesta, ¿te parece bien?

Perfecto.

Entonces, yo te pregunto:

¿Qué quieres?

1ra opción de respuesta:

 

¿Has dicho entrar a mi newsletter?

¡Qué casualidad!

Justo tengo el enlace a mano, así que escribe tu email y le das al botón nomás.

2da opción de respuesta:

 

Esta sección es para los que, a mi pregunta de ¿Qué quieres?, respondieron otra cosa.

Como no pude escuchar bien tu respuesta (pero sí imaginarla), te paso otras alternativas:

  • ese trago, puntualmente ESE que mencionaste, lo sé hacer, pero de momento la IA
    no me permite hacer tragos virtuales y pasártelo a través de la pantalla
    (tal vez un NFT, pero tendría que verlo),
  • más tiempo para tu vida… mmm… todavía no sé fabricar,
    le estoy buscando la vuelta a mis horas. Pero si lo logro te aviso,
  • más dinero… ahí sí. Con eso sí te puedo dar una mano.
    Con eso, sí.

No te lo voy a regalar, no soy el Genio de la lámpara.

Pero sí te puedo dar una mano para que, indirectamente, ganes más de eso tú quieres.

¿Cómo?

Te doy unas ideas para que apliques en tu negocio.

¿Dónde?

En mi lista de suscripción. Si dejas tu email, te envío las ideas (luego tú las aplicas en tu negocio).

¿Cuándo?

Ahora mismo, aquí en el botón

Y vamos con la 3ra opción de respuesta:

 

Si aún estás aquí es porque tu respuesta a mi pregunta de ¿Qué quieres?

no fue ni entrar a mi newsletter, ni un trago, ni tiempo, ni dinero…

(o tal vez sí, pero tenías ganas de ver qué ponía el resto de la página).

Entonces… Voy a sacar la artillería pesada.

Y te voy a contar que si te suscribes a mi newsletter, como regalo por tu dirección de email

(lo que vendría a ser un intercambio),

te voy a enviar unas ideas que contienen:

  • una lección muy simple sobre el comportamiento humano que aprendí de un familiar
    que no tenía intenciones de enseñármela,
  • la razón por la cual cometes un error si haces caso a la tabarra de pensar siempre en el beneficio de tus potenciales clientes,
  • un ángulo muy potente para analizar a tu cliente que te hará más punzante persuasivo
    a la hora de enfocar tus propuestas de solución(y ya sabes que una oferta bien enfocada es la mitad de la venta)
  • el motivo por el cual si no consigues suscriptores de calidad, tal vez estés insultando
    su inteligencia sin saberlo. Te cuento qué hacer para resolverlo.
  • una sencilla explicación que te puede abrir los ojos ante un mercado que crees
    está saturado.

Vale, esto es parte de lo que te llevas si te suscribes.

Un PDF cutre con información que puedes sacar de Google, no.

No te voy a intentar pescar con eso.

Y tampoco quiero pescarte, vaya.

Quiero que vengas por interés (y te quedes por gusto).

Si es así, te llevas 3 emails cortos y asequibles con info y ángulos de venta.

¿Todos de acuerdo?

Aunque hablemos de lo que tú quieres,
ahora te voy a contar de mí

(el marketing me obliga)

Mi nombre completo es María Marta Marino, pero en mi casa siempre fui simplemente María (mi mamá se llama Marta).

Y hago copywriting (escritura persuasiva para vender) desde que tengo 12 años.

¡Ja! Una adelantada.

No, en serio.

Te cuento,

a los 12 años vendía prepizzas (masas pre cocidas para preparar pizzas)

para ayudar a pagar el viaje de egresados por terminar la escuela primaria.

Pero,

mis treinta compañeros, yo y varios súper del pueblo,

vendíamos las mismas prepizzas, al mismo exacto precio.

Entonces, ¿cómo me las ingenié para destacar del resto y vender más?

Gracias a mi aversión a hacer lo mismo que todo el mundo.

Nunca me gustó, pero desde que soy copywriter, me he puesto insoportable.

Me sale urticaria si hago lo mismo que todo el mundo, NO LO TOLERO.

Entonces, con 12 años, me las ingenié para ser diferente.

Y les ponía copy a mis pizzas

(sin saber que eso era copy, claro).

A mis prepizzas les ponía un cartelito que creaba con boli azul en un cuadradito de papel blanco,

con frases como:

“¡Que se chupen los dedos!”,

“¡Que sea una superpizza familiar!”

Y cosas así.

Yo era la única que hacía eso.

A nadie se le había ocurrido.

A nadie.

Y claro, mis clientes se morían de ternura, y me compraban aunque no la fueran a consumir,

porque no querían perderse la sorpresa de un nuevo cartelito cada semana.

Es que sí, es así.

ESTO ES SIMPLE (soy una convencida).

No es tan complicado ser y mostrarte diferente,

solo hay que prestar atención a los detalles y saber contarlo.

Nada más.

Que no te vendan la moto.

Cuanto más simple, mejor.

Por eso el Lead Magnet o regalo que te entrego una vez te das de alta en mi newsletter

es simple (que no cutre)

Porque así es mejor.

Si lo quieres, aquí lo tienes:

* Dale Carnegie (1888-1955) autor del libro «Cómo ganar amigos e influir sobre las personas»