Mi día de la NO celebración
por Maria emealcubo

 

Email íntimo el de hoy.

Te voy a contar por qué hoy es el día de la no celebración, para mí.

El 04/06/2001

(hace unos cinco siglos)

comencé a trabajar en un Banco en Rosario, Argentina,

y allí permanecí por 18 años (y 4 meses).

Mucho tiempo, mucha vida.

Muchas experiencias, buenas y malas, por supuesto.

Los primeros 3 años, cada 04/06 lo celebraba deseando quedar efectiva en el puesto,

porque estaba empleada por una empresa tercerizadora, no por el Banco.

“Contrato temporal indefinido”, así se llamaba la relación que me unía.

O sea: iba a trabajar cuando ellos me decían,

por el tiempo que hiciera falta.

Tenía horario de ingreso, pero no de salida.

Y si en un mes decidían que solo trabajara 15 días,

solo trabajaba esos 15 días. Y me pagaban en proporción, claro.

 

Luego de 3 años y medio, firmé el contrato como empleada del Banco

y cada 04/06 era la celebración de haberlo conseguido.

 

De “haber resistido”:

  • jornadas de trabajo interminables,
  • pérdidas importantes de dinero en la caja, por no haber recibido suficiente instrucción ni tener experiencia previa,
  • continuar yendo a la Facultad aunque mis estudios no iban bien, en parte por la inconsistencia de horarios.

En 2006 logré cambiar de puesto y pasé a la Asesoría Legal (digo logré porque fue algo que busqué activamente, ya que estar en la caja no me gustó nunca).

Allí tenía horarios de trabajo más normales, ya que eran solo 8 horas todos los días, y con horarios de entrada y salida fijos.

A partir de allí, cada 04/06 era la celebración de ir consiguiendo más estabilidad,

poco a poco.

Tenía más antigüedad, más experiencia, y eso me daba más confianza en mis capacidades.

Era valorada por mis compañeros, aunque no por mis superiores.

Hasta que cuando en 2010 me recibí de abogada, me desinflé.

En lugar de estar plena, me vacié.

Choqué con la realidad de que nunca crecería en ese departamento, aunque ya tuviera mi título profesional, porque los cargos estaban destinados a otras personas.

Yo no accedería nunca.

Eso me lastimó profundamente, y fue duro enfrentarlo.

Es que, ¿sabes?, progresar siempre había sido importante para mí.

Entonces,

como profesionalmente no se daba, sentí que era momento de un crecimiento personal.

 

Y crecí de verdad,

ya que engordé bastante porque me embaracé de mi primera hija.

 

De esa forma, mi trabajo pasó a ser un simple medio de vida, nada más.

Porque lo que más valoraba ya lo tenía en casa.

 

A partir del nacimiento de mi niña, cada 04/06 ya no fue una celebración,

sino más bien,

una mirada al calendario,

preguntándome “¿cuántos años más aguantaré aquí dentro?”

 

Y así fue hasta 2019, ya que en octubre de ese año renuncié.

 

Y el 04/06 pasó a ser el día de la no celebración.

 

Pero no es triste, al contrario.

Estoy muy contenta de haber tomado esa decisión.

Hoy celebro desde donde estoy.

En casa,

enviando este correo a mis suscriptores (lo disfruto)

escribiendo copy para mis clientes (me encanta)

y ayudándoles a vender más en sus negocios (es lo más).

 

Pero, aunque me encante ayudarlos a vender,

hoy no hay enlace al formulario para que me contactes (si quieres).

Porque hoy deseo que me respondas a este email,

contándome si ha resonado contigo mi concepto de la no celebración

(que es irónico, claro).

Si sientes que tú también podrías NO celebrar algo, cuéntamelo.

Es super bonito mirar para adentro y ver todo lo que hemos logrado.

Por eso te invito a que me lo compartas.

Para que juntos celebremos la NO celebración, por ti y por tu vida.

Un abrazo,

María 🧩

PD: cuando te suscribiste a mi lista, dije que te compartiría tips, consejos y reflexiones.

Aquí tienes esta. Ahora te toca a ti.